por Héctor Amichetti
El gobierno nacional comenzó proponiendo a la CGT un marco de acuerdo basado esencialmente en el blanqueo laboral, pasantías y formación profesional.
Al elaborar y hacer público el texto de reformas incluyó modificaciones a la ley de contrato de trabajo que provocaron el rechazo de quienes habían sido invitados a acordar.
Poco disimulada la táctica gubernamental, empiojar la cancha para luego mostrarse proclive al diálogo y las concesiones.
Casi todos quedamos enredados en la práctica oficial que imita al tero. Infinidad de expresiones en contra de la reforma laboral mientras los huevos están puestos en el manotazo al bolsillo de los jubilados incluido en la reforma previsional.
En lo que se refiere a la reforma laboral no es prioridad del gobierno consagrar legalmente lo del banco de horas o la modificación de indemnizaciones (aunque algo seguirá incluyendo al respecto).
El recurso que ha decidido utilizar en ese sentido es la extorsión, una herramienta que se muestra eficaz a partir del avance de su proyecto económico que debilita el mercado interno, expone a la industria nacional y al comercio a una menor actividad y pone en riesgo las fuentes de trabajo.
Comenzó con los petroleros. Flexibilidad del convenio para promover inversiones y “asegurar” puestos de trabajo.
En la industria lechera condicionó inicialmente la ayuda económica a SanCor a la reducción de aportes a la Obra Social del gremio y más recientemente a modificaciones en el convenio que facilitan la polifuncionalidad del trabajador y reduce el costo de horas extras los fines de semana habilitando la contratación de franqueros.
Si revisamos los últimos acuerdos paritarios del gremio de Comercio, UPCN y otros, veremos que junto al aumento salarial se ha incluido el compromiso de tratar claúsulas de convenio relacionadas a la polifunción y banco de horas, como asimismo ingresos relacionados al presentismo.
La reforma tributaria amenaza con quitar aranceles que protegen la industria electrónica radicada en Tierra del Fuego, como moneda de cambio se impuso a la Unión Obrera Metalúrgica aceptar un congelamiento salarial por dos años para preservar puestos de trabajo.
Hoy están de paro los compañeros del SATSAID, el Ministerio de Trabajo no solo intenta limitar el aumento de salarios, presiona además para que se incluyan modificaciones en el convenio a favor de los empresarios y en contra de los trabajadores.
Estos son sólo algunos ejemplos que se multiplican en todo el territorio nacional y que se generalizarán cuando llegue la próxima ronda de discusiones paritarias.
La Corriente Federal de los Trabajadores ha desnudado públicamente la maniobra del ajuste permanente.
Es por eso que no sólo proponemos el rechazo contundente de todo el paquete de reformas, reafirmamos que resulta imposible defender el trabajo y el digno salario de los argentinos/as, los haberes jubilatorios y la viabilidad de las provincias y sus economías regionales si no se discute el proyecto económico.
Si no se confronta activamente a este proyecto de entrega de la Soberanía Nacional y Popular.
Defensa del mercado interno, protección y aliento a la industria nacional, sistema financiero al servicio de la producción, inserción responsable en el mundo, deben ser puntos innegociables de un programa que unifique y potencie la fortaleza de los trabajadores y convoque a sumar voluntades de todas las fuerzas nacionales afectadas por el siniestro plan de las Corporaciones fiscalizado una vez más por el FMI.
Otra cosa es perder el tiempo… y puede convertirse en algo más peligroso aún: favorecer el camino hacia una nueva crisis de consecuencias imprevisibles con el no deseado y peligroso escenario de disolución nacional.
La historia no sólo sirve para ser contada.